Así me dormía mientras no pensabas en reuniones, jefes exigentes y fiestas de empresa, así me dormía, mirando cada estrella.
Vuelta doce más nueve, o era más diez, perdí la cuenta cuando las empecé a contar, Sabana viene a mi encuentro de un salto, eso sí con el estilo que precede a estos felinos, sutilmente me da los buenos días pidiéndome el desayuno.
-"Vamos vamos...ahora no te entretengas en esquivar todos los libros del suelo"- le reprocho mientras cruzo la puerta en busca de sus manjares matinales.
Primera onza del día, a pesar de que mis ojos siguen entreabiertos las pupilas se dilatan cuando siguen a ese pájaro planear entre las copas de los cipreses, recostada en el fregadero, con mi mano derecha sujetando el trozo de chocolate y mi mano izquierda sujetándome a mi, el pelo enmarañado con un recogido improvisado, las piernas entrelazadas y mi cuerpo reacciona al frescor matutino, rodeada de naturaleza, de esta flora que matiza sin saturar, que es tan perfeccionista en los detalles. Solo 29km me separan del asfalto caótico.
Este será el e-mail veinticinco; ya no hay novedades en la ciudad, te alegrara saber que no hay tienda que no haya pisado con un buen tacón y de la cual saliera con menos de dos bolsas, te reirás de mi en este instante de solo imaginarme.
Anoche hable con ella, no se lo he contado todavía, sigo pensando que quizás es mejor así. aunque todavía en este instante pueda arrancarle todas las hojas al aburrido libro que me regalaste, ¿Cómo se te ocurrió esa brillante idea? no se que quisiste hacerme ver, pero trece días después me sigue aburriendo como el primero, no consigo pasar del capitulo dos, y seria gratificante descargar mi ira sobre ese libro, créeme, liberador y muy reconfortante, eso, o vuelvo a romper otro juego de café del ikea, ¡¿cerámica sueca irrompible!?
Conteste a tu próximo asunto del mail de mañana; Sabana a veces se preocupa, no aprendí todavía a aplacar lo visceral de mi.
Escribo lo más ágil posible con ganas de cerrar el ordenador, para sentarme en el suelo a remirar y remirar la pila de letras que lo recubren, clásicos comprados, narrativa regalada, autores que marcan pautas de conducta entre los impulsos eléctricos de sus escritorios;este fin de semana prometí ordenarlos, y solo conseguiré encontrar nuestra foto de este modo, recuerdo la pagina, pero mi esfuerzo por visualizar el titulo...colocado entre los de cocina creativa...es en vano, a pesar de eso...
se que los moví demasiadas veces
tanto o más que tu recuerdo en mi cabeza.