sábado, 25 de mayo de 2013

Desde Paris con...¿amor?

   Vuelta once más una en la cama, creo que ahora toca a la derecha, arrugo la almohada por quinta vez y sin abrir los ojos acomodo mis pies, mis piernas, mis brazos, gestos autómatas por la costumbre e incluso el estirar la mano para tocarte el pelo, aun hoy conservo esa tonta manía de caer dormida jugando con tus orejas, rendirme a mi París luminoso mientras enredo mis nudillos en tu cabello...
   Así me dormía mientras no pensabas en reuniones, jefes exigentes y fiestas de empresa, así me dormía, mirando cada estrella.
   Vuelta doce más nueve, o era más diez, perdí  la cuenta cuando las empecé a contar, Sabana viene a mi encuentro de un salto, eso sí con el estilo que precede a estos felinos, sutilmente me da los buenos días pidiéndome el desayuno.
 -"Vamos vamos...ahora no te entretengas en esquivar todos los libros del suelo"-  le reprocho mientras cruzo la puerta en busca de sus manjares matinales.

   Primera onza del día, a pesar de que mis ojos siguen entreabiertos las pupilas se dilatan cuando siguen a ese pájaro planear entre las copas de los cipreses, recostada en el fregadero, con mi mano derecha sujetando el trozo de chocolate y mi mano izquierda sujetándome a mi, el pelo enmarañado con un recogido improvisado, las piernas entrelazadas  y mi cuerpo reacciona al frescor matutino, rodeada de naturaleza, de esta flora que matiza sin saturar, que es tan perfeccionista en los detalles. Solo 29km  me separan del asfalto caótico.
   Este será el e-mail veinticinco; ya no hay novedades en la ciudad, te alegrara saber que no hay tienda que no haya pisado con un buen tacón y de la cual saliera con menos de dos bolsas, te reirás de mi en este instante de solo imaginarme.
   Anoche hable con ella, no se lo he contado todavía, sigo pensando que quizás es mejor así. aunque todavía en este instante pueda arrancarle todas las hojas al aburrido libro que me regalaste, ¿Cómo se te ocurrió esa brillante idea? no se que quisiste hacerme ver, pero trece días después me sigue aburriendo como el primero, no consigo pasar del capitulo dos, y seria gratificante descargar mi ira sobre ese libro, créeme, liberador y muy reconfortante, eso, o vuelvo a romper otro juego de café del ikea, ¡¿cerámica sueca irrompible!?
   Conteste a tu próximo asunto del mail de mañana; Sabana a veces se preocupa, no aprendí todavía a aplacar lo visceral de mi.
  
    Escribo lo más ágil posible con ganas de cerrar el ordenador, para sentarme en el suelo a remirar y remirar la pila de letras que lo recubren, clásicos comprados, narrativa regalada, autores que marcan pautas de conducta entre los impulsos eléctricos de sus escritorios;este fin de semana prometí ordenarlos, y solo conseguiré encontrar nuestra foto de este modo, recuerdo la pagina, pero mi esfuerzo por visualizar el titulo...colocado entre los de cocina creativa...es en vano, a pesar de eso...
se que los moví demasiadas veces
tanto o más que tu recuerdo en mi cabeza.

martes, 21 de mayo de 2013

Desde Munich con... ¿amor?

   Si con un dedo pudiera atrapar cada gotita de lluvia que veo abalanzarse a mi ventana, llenaría botellas y botellas, acurrucada en mi rincón, apoyada en la pared, con mi manta de cuadros rojos y negros remangada entre mis pies, a mi izquierda el radiador amarillo caramelo que por mucho que intente el pobre, no caldea esta fría habitación. Llevo apenas un mes pero de vez en cuando al final de la semana se me hace cuesta arriba, por como cada jueves paseábamos en el ocaso deshojando margaritas o eso me parecía a mi cuando arrancabas todas las flores del prado y en un intento frustrado construías ramos originales llenos de verde, de reojo no podía parar de reírme, era tu pequeña forma de decirme que era especial para ti, nadando en mis vagos recuerdos sigo aplastando esas pequeñas, transparentes y redondas motas de agua.

   Quizás una de las razones fue esa, quizás se me acabaron los refugios y la perseverancia, o quizás simplemente me busque la vida como lo habrías echo tu.
  Morfeo me reclama...una manta mas encima de la pila que acomoda mi cama, la coloco meticulosamente para que no se caiga en cada meneo que daré en ocho horas.
  ¡Buenos días! giro sobre mi misma hasta ver el reflejo de la claridad en el armario, ¡viernes! paso lo peor, y un paseo por el centro camino del trabajo no me vendrá mal, parare como cada mañana en Sendlinger Straße y llenare mi termo de un Mocha Espresso Beverages. Se esta convirtiendo en rutina, pero una rutina adorable, el mejor momento del día, sentada en la terraza, con mi gorro de lana, mi abrigo y esa estupenda vista de un edificio que con luz tenue es aún mas hermoso; ella y yo hablamos cada mañana, ya somos intimas, se lo he contado casi todo, pero todavía no le hable de ti, ni de porque he huido como una ráfaga de viento, es maja, y simpática, es la primera amiga que hice cuando llegue.

   La mayor parte del tiempo me  distraigo  entre folios, trabajo y mas papeles, es tan diferente a como yo era en mi Hogar; me deshago de  mi parte mas afectiva, me volví mas distante, cultura alemana para aquellos que si están familiarizados con esta ciudad. Casi con la cena echa, repaso mi agenda y repaso y repaso, hay algo en mi mente que revolotea sin cesar, hoy es...hoy es...hoy...¿tenia quizás que hacer algo? ¿cumpleaños de alguna persona conocida? hoy es...hoy es...me como el bolígrafo casi a mordiscos, el hambre me domina y no consigo acertar en el día que es hoy, el recordatorio del móvil solo señala un asterisco, ¿no quise recordar este día? o tal vez solo quería forzar a mi mente si era capaz de hacerlo. Sigo sentada frente a mi ordenador y me relajo con Michael Bublé, (Haven´t Met you Yet) la calidez de cada nota me transporta a "trailers" de mi propia fantasía; en letra cursiva y justo en el reverso te dedico una frase de cariño, bastante tranquila y esperanzadora, y cuando anoto la fecha "...Septiembre" de repente el asterisco del móvil empieza a pitar... que traicionera puedo llegar a ser conmigo misma, soplo la tinta azul de aquella postal que llevo días intentando mandar, y sin querer elegí el mejor momento.
    Pasaran días y días hasta que me decida meterla en un sobre camino del sur, pasaran mil pensamientos y miradas fugitivas al cajón donde la escondí mientras descorchaba una botella de Moët Chandon, que reservaba para cuando vinieras a verme, hoy es un día de celebración, pero sigo como el ultimo año, celebrándolo yo sola, y entonces me refugio en mi rincón preferido, aplastando cada gota de agua intentando hacer que sean menos saladas que mis dedos.

" Los rincones de la ciudad me cuidan, pero porque seguro que tu se lo dejaste dicho...
el clima no es tan agradable como pensaba, lo mejor es el verde que inunda el paisaje.
 Volveré lo antes posible. No me olvides . "