No hay mal que cien años dure,
ni que tableta de chocolate no cure.
No hay mal que por bien no venga,
ni ventana que se abra cuando se cierra la puerta.
Dicho esto, no puedo desperdiciar escribir la segunda parte del cuento...
Como casi por arte de magia....
Comenzó siendo un día bastante gris y muy ventoso y... sin darme cuenta me faltaban horas para ponerme el zapato de cristal, no se lo que en ese momento pensaba, no pensaba mucho, más bien no pensaba nada, solo sentía arder mis venas por la cantidad de adrenalina que fluía en ellas.
Quieta...
Ahora 48h después solo me veo a mi misma en el umbral de aquel patio, parada, perpleja...creo recordar que me quede muda y absorta durante varios minutos mientras asumía que de verdad era real.
Nunca dije que las princesas modernas fueran buenas, y sí, me tome la revancha,
-"No te enamores de una chica que escriba" - dulce y placentera venganza, tanto como los besos que no he olvidado, ni olvide, sin duda, ahora saben aun mejor.
